jueves, 2 de octubre de 2014

El diferente

A veces, por no decir muchas veces, desearía hacerme invisible entre la multitud de una estación para no sentirme vigilada.

Sentirse observado es un asco. Miles de ojos expectantes a cualquier error para criticar sin piedad ni descanso.

Lo malo es que alguien no se hace diferente, nace como tal. Y es imposible sentirse cómodo comportándose como alguien "normal".

Los que nacimos diferentes vinimos con esa maldición de atraer las miradas. Y no mola nada.


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