martes, 21 de marzo de 2017

4. (Madrid)

Reina con corona de humo, cuyos súbditos sólo necesitan de una baldosa para bailar y con un pasado glorioso.

Por la que en cuyas venas de hierro circulan sin cesar trenes que traquetean sin cesar y en los que la gente viaja absorta, bajo unos imponentes edificios que si hablaran contarían mil y una historias de ti. Has vivido guerras, explosiones culturales y miseria, pero aún sigues en pie, alta y orgullosa.

Todos los rincones de tu cuerpo huelen a historia, cultura, vida y vecindad. A jardines y flores que ignoran los cielos grises que cubren tu cabeza. Un oso y un madroño te guardan de todo mal y te acompañan desde tu ombligo, kilómetro cero de todo lo que te rodea.

¿Me dirás algún día si le robaste las estrellas a la Osa Mayor para coserlas a tu roja capa? Porque la gente rumorea eso de ti.

A pesar de que a veces te me aparezcas gris como las piedras y otras veces florida y multicolor, he de decirte que te amo. Te amo y te añoro, y desearía volver algún día a tus brazos para que me cuentes bellas o tristes historias de tu pasado.

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